Cuando un matrimonio se rompe y hay hijos de por medio, las decisiones médicas en el divorcio se convierten en uno de los puntos más delicados a resolver. Como abogado especializado en derecho de familia, veo a diario cómo muchas parejas se enfrentan a la pregunta: ¿Quién tiene la autoridad legal para decidir sobre la salud de los hijos tras la separación? Entiendo perfectamente tu preocupación si estás atravesando esta situación. La buena noticia es que existen marcos legales claros que regulan estas cuestiones, aunque su aplicación práctica requiere conocimientos específicos. En este artículo, analizaremos detalladamente cómo se determina quién puede tomar decisiones médicas por los menores tras un divorcio.
Marco legal sobre las decisiones médicas tras el divorcio
Cuando hablamos de autoridad para decidir sobre la salud de los hijos después de una separación, debemos distinguir entre dos conceptos fundamentales: la patria potestad y la guarda y custodia. Esta diferenciación es crucial para entender quién puede tomar decisiones médicas:
- Patria potestad: Conjunto de derechos y deberes que ambos progenitores tienen respecto a sus hijos no emancipados. Incluye la responsabilidad de velar por ellos, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.
- Guarda y custodia: Se refiere a la convivencia habitual con el menor y las decisiones del día a día.
El Código Civil español, especialmente en sus artículos 92 y siguientes, establece que las decisiones importantes sobre la salud de los hijos corresponden a ambos progenitores cuando mantienen la patria potestad compartida, independientemente de quién ostente la custodia.
Desde mi experiencia profesional, puedo afirmar que uno de los errores más comunes es confundir custodia con capacidad para tomar todas las decisiones médicas. Incluso en casos de custodia exclusiva, el otro progenitor generalmente conserva su derecho a participar en las decisiones médicas relevantes.
¿Quién decide sobre tratamientos médicos de los hijos tras la separación?
La respuesta a quién tiene la autoridad para decidir sobre tratamientos médicos depende principalmente del tipo de decisión médica y de lo establecido en la sentencia de divorcio:
Decisiones médicas ordinarias
Las decisiones médicas rutinarias (como tratar un resfriado, una visita al pediatra por fiebre o administrar medicamentos comunes) suelen corresponder al progenitor que tiene al menor en ese momento, según el régimen de custodia establecido. Esto se considera parte de la gestión cotidiana y no requiere consulta previa al otro progenitor.
Decisiones médicas extraordinarias
Para tratamientos médicos importantes, intervenciones quirúrgicas o decisiones que afecten significativamente la salud del menor, la norma general es que ambos progenitores deben estar de acuerdo, siempre que compartan la patria potestad. Estos casos incluyen:
- Cirugías programadas (no urgentes)
- Tratamientos prolongados
- Terapias psicológicas
- Tratamientos odontológicos complejos
- Decisiones sobre vacunación no obligatoria
Como abogado especializado en custodia de menores, suelo recomendar a mis clientes que documenten siempre los intentos de comunicación con el otro progenitor sobre estas cuestiones. Esto puede ser crucial si posteriormente surge un conflicto que deba resolverse judicialmente.
Conflictos sobre decisiones médicas entre progenitores divorciados
¿Qué ocurre cuando los padres no logran ponerse de acuerdo sobre un tratamiento médico para su hijo? Esta es una de las consultas más frecuentes en mi despacho relacionadas con conflictos de autoridad médica tras el divorcio.
Cuando surge un desacuerdo sobre decisiones médicas, existen varias vías de resolución:
Mediación familiar
Antes de acudir a los tribunales, la mediación puede ser una herramienta efectiva para resolver conflictos sobre quién decide aspectos médicos de los hijos. Un mediador neutral ayuda a ambas partes a alcanzar un acuerdo que priorice el bienestar del menor.
Intervención judicial
Si la mediación fracasa, cualquiera de los progenitores puede solicitar la intervención del juez mediante un procedimiento de jurisdicción voluntaria o, en casos más complejos, a través de una modificación de medidas. El juez decidirá atendiendo siempre al interés superior del menor, pudiendo:
- Autorizar el tratamiento médico en cuestión
- Denegar la autorización
- Atribuir la capacidad de decisión a uno de los progenitores para ese caso concreto
- En casos extremos, modificar aspectos de la patria potestad
Aquí es donde la mayoría comete errores: actuar unilateralmente sin intentar el acuerdo o sin documentar adecuadamente los intentos de comunicación puede perjudicar seriamente tu posición ante el juez.
Situaciones de emergencia médica: ¿quién puede autorizar tratamientos urgentes?
Las emergencias médicas representan una excepción importante en el régimen de decisiones compartidas. En estos casos, el progenitor que esté con el menor en ese momento puede autorizar cualquier tratamiento urgente necesario, informando lo antes posible al otro progenitor.
Los centros sanitarios están obligados a actuar en beneficio del menor en situaciones de urgencia vital, incluso sin el consentimiento expreso de los progenitores. Posteriormente, deberán informar a ambos padres sobre las actuaciones realizadas.
Desde mi experiencia en casos de autoridad médica en divorcios, recomiendo que en el convenio regulador se incluya una cláusula específica sobre cómo proceder en estas situaciones, estableciendo protocolos claros de comunicación entre los progenitores.
La patria potestad exclusiva y su impacto en las decisiones médicas
Aunque la regla general es mantener la patria potestad compartida tras el divorcio, existen situaciones excepcionales en las que un juez puede privar a uno de los progenitores de la patria potestad o atribuirla exclusivamente al otro.
En estos casos, el progenitor con patria potestad exclusiva tiene plena autoridad para tomar todas las decisiones médicas sin necesidad de consultar al otro. Esto ocurre en situaciones como:
- Condenas por violencia familiar o de género
- Abandono prolongado de las responsabilidades parentales
- Adicciones graves que ponen en riesgo al menor
- Trastornos mentales severos no tratados
Es importante señalar que la privación de la patria potestad es una medida extrema que los tribunales aplican solo en casos donde el interés del menor lo justifica plenamente.
El papel de los profesionales sanitarios ante padres divorciados
Los médicos y otros profesionales sanitarios se encuentran a menudo en medio de conflictos sobre quién tiene autoridad para decidir tratamientos médicos tras un divorcio. Su obligación principal es velar por la salud del menor, pero también deben respetar el marco legal.
Cuando atienden a un menor cuyos padres están separados, los profesionales sanitarios:
- Deben proporcionar información médica a ambos progenitores que conserven la patria potestad
- Pueden solicitar documentación judicial (sentencia de divorcio) para verificar quién tiene capacidad de decisión
- En caso de duda, pueden consultar al servicio jurídico del centro sanitario
¿Sabías que puedes solicitar al juzgado que emita un documento específico para entregar en centros médicos que clarifique la situación legal respecto a las decisiones médicas? Esta medida preventiva puede evitar muchos problemas futuros.
Cómo establecer un marco claro para las decisiones médicas en el convenio regulador
Una de las mejores formas de prevenir conflictos sobre quién decide en cuestiones de salud de los hijos tras el divorcio es establecer pautas claras en el convenio regulador. Como abogado especializado en derecho de familia, siempre aconsejo a mis clientes incluir cláusulas específicas sobre:
- Procedimientos para compartir información médica relevante
- Protocolos de comunicación para decisiones urgentes
- Criterios para determinar qué se considera una decisión médica ordinaria y extraordinaria
- Mecanismos para resolver desacuerdos antes de acudir a la vía judicial
Veamos cómo enfocar esta fase para no perjudicar al menor: es fundamental redactar estas cláusulas pensando en situaciones concretas que puedan surgir, evitando términos ambiguos que puedan dar lugar a interpretaciones contradictorias.
Ejemplo de cláusula sobre decisiones médicas
Una cláusula bien redactada podría establecer que «ambos progenitores se comprometen a informarse mutuamente de cualquier problema de salud del menor en un plazo máximo de 24 horas. Las decisiones sobre tratamientos no urgentes que impliquen cirugía, tratamientos prolongados o terapias psicológicas requerirán el consentimiento de ambos progenitores, que se comunicarán preferentemente por escrito (correo electrónico o aplicación de mensajería) para dejar constancia».
Preguntas frecuentes sobre decisiones médicas en el divorcio
¿Puede un progenitor con custodia exclusiva tomar todas las decisiones médicas sin consultar al otro?
No. Si ambos mantienen la patria potestad compartida, las decisiones médicas importantes deben ser consensuadas, independientemente de quién tenga la custodia. Solo las decisiones rutinarias o urgentes pueden tomarse unilateralmente por el progenitor que esté con el menor en ese momento.
¿Qué ocurre si no estoy de acuerdo con un tratamiento médico que mi ex quiere para nuestro hijo?
Si existe un desacuerdo sobre decisiones médicas importantes, debes intentar primero llegar a un acuerdo mediante diálogo directo o mediación. Si persiste el desacuerdo, cualquiera de los progenitores puede solicitar la intervención judicial mediante un procedimiento de jurisdicción voluntaria, donde el juez resolverá atendiendo al interés superior del menor, pudiendo solicitar informes médicos adicionales.
¿Los centros médicos están obligados a informar a ambos padres sobre la salud del menor?
Sí. Siempre que ambos progenitores mantengan la patria potestad, tienen derecho a recibir toda la información médica relevante sobre sus hijos. Los centros sanitarios deben proporcionar esta información a ambos cuando la soliciten, salvo que exista una resolución judicial que establezca lo contrario.
Conclusión: Priorizando la salud del menor en las decisiones post-divorcio
Las decisiones médicas en el divorcio constituyen uno de los aspectos más delicados en la reorganización familiar tras la ruptura. Como hemos visto, la regla general es que ambos progenitores deben participar en las decisiones importantes sobre la salud de sus hijos, siempre que mantengan la patria potestad compartida.
La clave para gestionar adecuadamente quién tiene la autoridad legal para decidir sobre la salud de los hijos está en establecer canales de comunicación efectivos, documentar los acuerdos y, sobre todo, mantener como prioridad absoluta el bienestar del menor por encima de los conflictos personales.
Si estás atravesando dificultades para acordar aspectos médicos con tu expareja, te recomiendo buscar asesoramiento legal especializado antes de tomar decisiones unilaterales que puedan derivar en conflictos judiciales. Un abogado experto en derecho de familia podrá orientarte sobre la mejor estrategia para proteger tanto tus derechos parentales como, lo más importante, la salud y el bienestar de tus hijos.


